Los movimientos migratorios han sido parte fundamental de la construcción de las redes sociales internacionales. Sin este impulso sin duda la globalización no habría alcanzado el grado de evolución al que estamos llegando. De esta manera, los inmigrantes empezaron a ser parte de las denominadas  sociedades transnacionales que inauguraban esta nueva ciudadanía global.

Se empezó a hablar de nuevos ciudadanos y a pesar de que no se logra aún imponer el concepto, los mismos analistas aceptan ya a este nuevo ciudadano con dos o más nacionalidades, que tiene un país de origen y un país de destino y que pertenece a un nuevo esquema civilizado.

También los hijos han recibido el impacto de nacer y vivir en países distintos y constituyen el nuevo entorno de las minorías que se definen en las mayorías tradicionales.

Las antiguas culturas cerradas en las costumbres y tradiciones reciben el impacto de nuevos elementos y muchas de las sociedades Europeas se han sentido “tocadas” por nuevas gentes llegadas de muchos sitios del planeta.

La inestabilidad económica y las crisis derivadas de ello han provocado que se originen bolsas de vulnerabilidad social que afectan a inmigrantes. Muchos de estos se plantean entonces la posibilidad de retornar a su país. Las redes sociales permiten mantener las relaciones adquiridas en el país de destino y en el de origen.

Aculco viene desarrollando programas de asistencia al retorno voluntario en 2016. Este programa, denominado Hogares II, está financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (IRPF).

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