La Fundación «la Caixa» impulsa un proyecto de inserción sociolaboral y cultural de personas migrantes, proyecto del que se hace eco el periódico Información de Alicante.
“El programa «Ciudad Solidaria Fase XI» de Aculco ofrece atención social, orientación laboral, asesoría jurídica y apoyo psicológico a colectivos en riesgo de exclusión en Alicante
La exclusión social es un proceso que tiene múltiples dimensiones y que debilita los vínculos entre los individuos y el resto de la sociedad. Por ello, la Asociación Sociocultural y de Cooperación Aculco, desde su sede en Alicante lleva trabajando en favor de los colectivos vulnerables desde 2005, consolidándose como una entidad de referencia en el ámbito de la integración sociolaboral. Su misión es clara: apoyar la inserción social, laboral y cultural de personas migrantes, y hacerlo desde una visión ética, inclusiva y con un enfoque profundamente humano.
En concreto, ha puesto en marcha el proyecto «Ciudad Solidaria Fase XI», un programa integral y continuo que cuenta con el apoyo fundamental de la Fundación «la Caixa». Este busca cambiar vidas: 150 personas desempleadas y en riesgo de exclusión social, en su mayoría migrantes, están accediendo a un camino real hacia la integración y la autosuficiencia.
Su modelo de intervención está basado en un itinerario completo y personalizado que comienza con una acogida individual, sigue con un diagnóstico preciso, y se traduce en una intervención a medida que combina orientación social, asesoría jurídica, formación digital, aprendizaje de idiomas y talleres sobre ciudadanía, derechos laborales y vida cotidiana en España.
El abanico de actividades que ofrece Aculco es amplio, incluye atención social, orientación laboral, asesoría jurídica y apoyo psicológico. También se imparten cursos de alfabetización digital, clases de castellano, valenciano e inglés, formación en ciudadanía intercultural, talleres de economía básica, igualdad de género, gestión emocional y derechos sociales. Además, se promueven el voluntariado social, los grupos de apoyo para mujeres, y los espacios de prevención del racismo, la xenofobia y los delitos de odio. Todo se desarrolla en el Centro Social «Ciudad Solidaria», un espacio equipado para ofrecer atención integral y acompañamiento continuado.
«La ayuda de la Fundación ‘la Caixa’ es esencial para el desarrollo y la implementación de la línea de inserción sociolaboral propia», según resaltan desde Aculco. «El apoyo permite mantener al personal profesional y coordinar a decenas de voluntarios. También garantiza que las actividades no se detengan por falta de recursos públicos», aseguran. De las cerca de 800 personas que Aculco atiende anualmente, 150 participan activamente en este programa financiado. El impacto va mucho más allá del número: se trata de fortalecer el tejido social, reducir la pobreza estructural y construir una sociedad más cohesionada.
En palabras del equipo de Aculco, «una persona con empleo no solo tiene ingresos. Tiene dignidad, estabilidad emocional, y un lugar en la comunidad». Y ese, precisamente, es el motor de «Ciudad Solidaria Fase XI»: no solo ofrecer ayuda, sino crear condiciones reales para que cada persona pueda avanzar por sí misma.
Por todo ello, se ha convertido en una entidad de referencia en Alicante, donde lleva trabajando la integración social y la inserción laboral con personas desfavorecidas desde el año 2005. «Sin duda, el apoyo de la Fundación «la Caixa» a lo largo de estos años ha sido realmente importante para que, aquellas personas desamparadas, desarraigadas o migradas, tengan un lugar de referencia para ser acogidas, asesoradas y capacitadas en su camino hacia la autodependencia y la integración plena en la sociedad», sostienen.
Enfoque integral
Esta iniciativa se distingue por su enfoque integral y en la calidad del equipo humano. El programa está coordinado por profesionales de distintas disciplinas: trabajadores sociales, psicólogas, mediadores interculturales, juristas, técnicos en empleo y voluntarios especializados. Cada uno de ellos pone su experiencia al servicio de una meta común: romper el círculo de la exclusión a través del empleo y la participación social.
Entre los beneficiarios se encuentran mujeres víctimas de violencia de género, personas sin hogar, migrantes en situación irregular, mayores de 50 años en paro de larga duración, y jóvenes sin formación. Todos ellos comparten una realidad: la falta de oportunidades y el riesgo constante de quedar al margen del sistema. «Muchos llegan con estudios universitarios, pero sin homologar. Otros no hablan castellano, no conocen sus derechos, o simplemente no han tenido acceso a una computadora. El programa les ayuda a reconstruir su vida desde lo básico», afirman desde la entidad”.